La Casa de la Moneda de Toledo fue una de las siete cecas principales de Castilla autorizadas a continuar después de 1497 por los Reyes Católicos, quedando el resto cerradas. Anteriormente, se había acuñado moneda en la zona desde el año 50 a.C., primero por los romanos y después por los visigodos. Pero es con los reinos taifas cuando se establece la primera ceca conocida en la ciudad de Toledo. Fue instalada en algún punto de los llamados Palacios de Galiana, residencia oficial de los reyes visigodos, moros y después los de Castilla. Después de la conquista de Toledo en 1085, Alfonso VI también acuñará en estas instalaciones. En 1210 Alfonso VIII cedió la Capilla de Santa Fe, con parte de los antiguos palacios, para que la Orden militar de Calatrava fundara un priorato, el de Santa Fe, que continuó perteneciendo a dicha orden hasta la época de los Reyes Católicos. Pero el priorato no ocupó toda la zona occidental de los Palacios de Galiana, pues una parte fue destinada a la Casa de la Moneda. Esta es la primera ubicación documentada de la Ceca de Toledo.
Con los Reyes Católicos se decide construir el convento de Santa Fe en el lugar que ocupaba la Casa de La Moneda y se decide su traslado. Por pleitos habidos entre este convento y el de Santa Cruz se sabe que el edificio de la ceca ocupó parte de ambos solares. Una calle de esta zona se llamó «de la Casa de la Moneda» hasta 1536 en que aparece denominada «de la Casa de la Moneda Vieja». En 1504, Isabel la Católica ordena el traslado de la ceca al tesorero Alonso Gutiérrez de Madrid. El destino elegido fue una casa que había pertenecido en el siglo XV a la familia Cota. Esta segunda ubicación se encontraba en la calle del Torno de las Carretas, hoy calle de Núñez de Arce. El edificio aún se conserva, aunque algo más reducido de lo que fue.
Durante su funcionamiento se acuña moneda de bronce, cobre, vellón, plata y oro. A partir de 1602 se acuñan grandes cantidades de moneda de cobre y se participa en las campañas del resellado de la moneda de cobre durante el reinado de Felipe IV. Entre 1604 y 1635 llegó a tener 108 personas trabajando. A partir de 1600 comienza el declive de acuñaciones de metales preciosos, que casi desaparecen después de 1660. Se intentaron instalar molinos para acuñar en otro edificio, pero se canceló el proyecto en 1662 por problemas, por lo que es la única ceca que no acuñó la serie de vellón a molino. Se decide el cierre definitivo de la casa en 1680, durante el reinado de Carlos II.